Las expresiones emocionales, ya sean faciales o vocales, son una de las formas más directas de comunicación entre los seres humanos. Aunque solemos asociar una mayor intensidad en estas expresiones con una mejor comprensión de los sentimientos, investigaciones recientes han desafiado esta idea. Un estudio del Instituto Max Planck revela que, en algunos casos, las emociones más intensas pueden ser más difíciles de interpretar. En este artículo, exploraremos cómo la intensidad de las expresiones emocionales impacta en nuestra capacidad para percibirlas y cómo, a veces, la sobreactuación puede generar confusión en lugar de claridad.
La intensidad de las expresiones emocionales: ¿Realmente mejora la comprensión?
Una expresión facial o un grito pueden comunicar mucho sobre cómo se siente una persona. La cantidad de información que estos comportamientos transmiten sobre los sentimientos depende de cuán intensos sean, pero no de la forma que se podría imaginar. Un grupo del Instituto Max Planck ha descubierto una conexión sorprendente entre las expresiones y su interpretación: una mayor intensidad en las expresiones no siempre significa que se perciban mejor.
Las expresiones emocionales y su papel en la comunicación
Las expresiones de nuestras emociones juegan un papel fundamental en la comunicación interpersonal, ya que permiten a los demás entender cómo nos sentimos, incluso cuando no usamos palabras. Estas manifestaciones faciales y corporales nos permiten conectar y empatizar con quienes nos rodean, facilitando la comprensión de nuestras emociones más profundas. A lo largo de los años, se han identificado expresiones faciales universales que están vinculadas a emociones específicas, como la alegría, tristeza, miedo, sorpresa, ira y desdén, entre otras. Estas expresiones son prácticamente las mismas en todas las culturas, lo que sugiere que hay una base biológica compartida en la forma en que los seres humanos expresan y perciben las emociones.
La conexión evolutiva entre humanos y animales
El naturalista Charles Darwin, en su obra La expresión de las emociones en el hombre y los animales (1872), observó que muchos de los gestos y expresiones faciales que los humanos hacen en respuesta a sus emociones son sorprendentemente similares a los de otros animales. Darwin argumentó que estas respuestas emocionales no son solo humanas, sino parte de un legado evolutivo compartido con otras especies, como los primates. Por ejemplo, los gorilas y chimpancés muestran expresiones faciales de enfado similares a las de los seres humanos, lo que refuerza la idea de que estas respuestas emocionales son universales y están profundamente enraizadas en nuestra biología. Esta conexión entre humanos y animales, que Darwin subrayó, resalta la importancia de las expresiones emocionales no solo como una herramienta de comunicación social, sino también como una adaptación evolutiva para la supervivencia, ayudándonos a reaccionar ante situaciones de peligro o a conectar con los demás de manera inmediata y eficiente. A través de la evolución, estas expresiones se han refinado y se han convertido en una parte integral de la comunicación no verbal en los seres humanos.
¿Mayor intensidad significa mejor comprensión?
Se suele pensar que a mayor intensidad en las vocalizaciones o movimientos, el receptor entenderá mejor lo que siente la persona. Un grito por el susto de un gato no tiene el mismo significado que uno causado por un león. Según esta idea, el miedo en el segundo caso debería ser más fácil de interpretar. Sin embargo, investigaciones recientes desafían esta intuición.
Investigación sobre la percepción de las emociones intensas
Natalie Holz, Pauline Larrouy-Maestri y David Poeppel han llegado a la conclusión de que el argumento intuitivo es incorrecto tras realizar tres experimentos. “Probamos que la intensidad tiene, en realidad, un papel contradictorio”, dicen en el artículo de la investigación que fue publicado esta semana en la revista Scientific Reports.
El grupo de investigadores recopiló una gran variedad de sonidos no verbales. En la muestra se incluyeron gritos, risas, suspiros y gemidos, entre otros. Estos sonidos transmitían distintas emociones, ya fueran positivas o negativas, que iban desde la menor hasta la mayor intensidad. Luego, estudiaron cómo 90 personas percibían esos sonidos. Los participantes debían evaluar la autenticidad, intensidad y emoción que transmitían, así como la valencia y el nivel de excitación de las vocalizaciones. A medida que las emociones se volvían más intensas, también mejoraba la habilidad de las personas para evaluarlas, hasta alcanzar un punto óptimo en la percepción de emociones de moderadas a fuertes.
La confusión ante emociones extremadamente intensas
Por otro lado, las emociones muy intensas resultaron ser bastante confusas. Los participantes no lograron señalar qué emoción estaban percibiendo ni si era positiva o negativa. “En el nivel más alto de intensidad, la tarea más importante podría ser identificar eventos significativos y determinar su relevancia. Un análisis más profundo del significado emocional podría quedar en un segundo plano”, sostiene Holz en un comunicado. Según los autores, futuras investigaciones deberán explorar los distintos niveles de procesamiento de la información relacionada con estas expresiones.
Belén Stettler es una líder en comunicación política con una sólida formación académica y experiencia profesional. Como becaria del prestigioso programa Fulbright, participó en un programa de Política y Liderazgo Político en la Universidad de Massachusetts, donde se especializó en liderazgo y estrategias políticas. Licenciada en Ciencias de la Comunicación Social por la Universidad de Buenos Aires (UBA), con orientación en opinión pública y publicidad, Belén ha desarrollado una carrera enfocada en la comunicación estratégica. Completó una diplomatura en Comunicación Gubernamental en la Universidad Austral, destacándose en la planificación y ejecución de estrategias de comunicación para la gestión pública. Con más de una década de experiencia, ha trabajado tanto en el sector público como privado, capacitando a líderes y funcionarios en habilidades de comunicación y liderando campañas a nivel nacional, provincial y municipal.