En el mundo digital actual, ya no prestamos tanta atención a las miradas o a la forma en que nos movemos, sino que nos enfocamos más en la frecuencia de nuestras interacciones en aplicaciones como Instagram y WhatsApp. Ahora valoramos cosas como el uso de emojis y la rapidez con la que respondemos a los mensajes, pues estos se han convertido en los nuevos códigos que utilizamos para saber si la otra persona siente el mismo interés que nosotros.
El “lenguaje corporal digital” ha cobrado creciente relevancia en el entorno laboral moderno, especialmente ahora que muchos desempeñan sus tareas de forma remota. Después de todo, la interacción diaria entre colegas se produce casi exclusivamente en el ámbito digital. Gran parte de nuestro lenguaje corporal ocurre de manera automática, siendo una respuesta refleja e instintiva, y sin mediar intención consciente.
Asimismo, interpretamos las señales físicas de los demás a nivel subconsciente, entendiendo, por ejemplo, que los brazos cruzados denotan enfado o malestar, sin necesidad de un análisis consciente. No obstante, no nos limitamos a nuestros impulsos naturales solo en el entorno físico, pues podemos aprender a controlar y adaptar conscientemente nuestro lenguaje corporal para mejorar la comunicación, incluso en los entornos digitales.
Aunque el lenguaje no verbal en entornos digitales es más complejo de percibir e interpretar que en persona, es crucial dominar la propia expresión corporal en el ámbito laboral virtual e identificar adecuadamente la de los demás. De lo contrario, pueden surgir confusiones que dificulten una comunicación fluida y efectiva.
Retos y soluciones en el Lenguaje Corporal Digital
En su libro, “Digital Body Language: How to Build Trust and Connection, No Matter the Distance”, la experta en comunicación Erica Dhawan analiza el concepto del lenguaje corporal digital y cómo manejarlo de manera efectiva. Mediante ejemplos concretos de su trabajo como consultora para grandes organizaciones, Dhawan aborda la complejidad del lenguaje corporal digital, ya que, a medida que la digitalización avanza, también aumentan los malentendidos que surgen a través de las pantallas, tanto en entornos profesionales como personales.
Situaciones que muchos de nosotros hemos experimentado: un mensaje electrónico mal interpretado puede generar inquietud, ideas preconcebidas e incluso rechazo. Estas emociones negativas se pueden evitar si quien escribe el mensaje es más consciente de su lenguaje corporal digital y de cómo incorporarlo en la comunicación en línea.
Cómo Interpretar el Lenguaje Corporal en la Comunicación Virtual
En el entorno laboral actual, con modalidades híbridas de trabajo y una digitalización cada vez más acelerada, el lenguaje corporal digital adquiere una importancia sin precedentes. Ya sea entre colegas, en la interacción con clientes o durante sesiones de capacitación, la digitalización ha hecho que la forma en que nos expresamos verbal y físicamente haya cobrado mayor relevancia. La manera en que transmites una opinión refleja mucho sobre tu actitud: ser breve y conciso puede dar una impresión de distanciamiento, extenderse en detalles puede resultar lento y pedante, y el uso excesivo de emoticonos puede sugerir inseguridad o inmadurez. La comunicación interna de una empresa enfrenta un reto particular en lo que respecta al lenguaje corporal digital. La colaboración entre equipos y la comunicación digital entre compañeros de trabajo que, de lo contrario, no tienen una relación cercana, son especialmente propensas a los malos entendidos.
Los intercambios a través de plataformas digitales han traído la necesidad de incorporar entonación a los textos escritos, dando lugar a la aparición de emoticones y, posteriormente, emojis. Un estudio publicado en enero de 2024, “Descifrar el Lenguaje Corporal Digital y la Generación Z en la Nueva Normalidad”, concluyó que “los gráficos no verbales (emojis) cambian el contexto de la comunicación escrita, permitiendo a emisor y receptor comprender las palabras y oraciones más allá de las señales no verbales”. Ahora, el Lenguaje Corporal Digital va un paso más allá, sumando al uso de emojis otras señales no verbales digitales como la frecuencia, el tiempo de respuesta y la longitud del mensaje, entre otras.
La aplicación de citas en línea Hinge ha analizado cómo sus usuarios utilizan este tipo de lenguaje digital, y los resultados son reveladores. La mayoría de ellos, un 77%, considera que el lenguaje digital de una potencial pareja dice mucho sobre sus intenciones. Además, un 69% tiene en cuenta estas señales digitales para decidir si continuar o no la relación. Incluso, un 56% admite haber analizado demasiado estos indicios en alguna ocasión. Según el estudio publicado a principios de febrero de 2024, un “buen Lenguaje Corporal Digital (LCD) es esencial para evitar confusiones, reducir la ansiedad previa y generar tranquilidad antes y después de las citas”. Este LCD agrega información sobre actitudes, intenciones y emociones.
El lenguaje corporal digital transmite detalles que pueden evocar desde calidez hasta incertidumbre. Un simple emoticono puede tener más impacto que miles de palabras escritas.
Belén Stettler es una líder en comunicación política con una sólida formación académica y experiencia profesional. Como becaria del prestigioso programa Fulbright, participó en un programa de Política y Liderazgo Político en la Universidad de Massachusetts, donde se especializó en liderazgo y estrategias políticas. Licenciada en Ciencias de la Comunicación Social por la Universidad de Buenos Aires (UBA), con orientación en opinión pública y publicidad, Belén ha desarrollado una carrera enfocada en la comunicación estratégica. Completó una diplomatura en Comunicación Gubernamental en la Universidad Austral, destacándose en la planificación y ejecución de estrategias de comunicación para la gestión pública. Con más de una década de experiencia, ha trabajado tanto en el sector público como privado, capacitando a líderes y funcionarios en habilidades de comunicación y liderando campañas a nivel nacional, provincial y municipal.