Cuando se practica la escucha atenta, la otra persona se siente realmente comprendida y valorada, ya que percibe que quien la escucha está plenamente enfocado en su mensaje y lo que transmite. Esta percepción de atención y respeto fomenta un ambiente de confianza en el que es posible comunicarse abierta y sinceramente, lo cual es fundamental en cualquier diálogo, ya sea en el trabajo, el hogar o en contextos sociales.
En el ámbito laboral, la escucha activa fortalece el trabajo en equipo, facilitando la resolución de conflictos y la productividad. En la familia, ayuda a construir relaciones más cercanas, donde las necesidades y emociones se comprenden mejor, especialmente en situaciones de conflicto. En entornos sociales, escuchar atentamente permite conexiones significativas, ya que demuestra interés genuino y respeto, elementos esenciales para cualquier relación sólida y duradera.
Diferencia entre Oír y Escuchar
Existen dos maneras de usar nuestros oídos: oír y escuchar. Oír es cuando hacemos varias cosas al mismo tiempo, como conducir mientras escuchamos música, ver televisión mientras comemos o escuchar a nuestra pareja mientras pensamos en nuestras tareas. Escuchar es cuando dedicamos toda nuestra atención a la persona que habla y respondemos de forma reflexiva a lo que dice.
Oír vs. Escuchar: Acción Pasiva o Activa
La diferencia clave entre oír y escuchar es que oír es una acción involuntaria y pasiva, mientras que escuchar es una acción voluntaria y activa. Oír ocurre de manera accidental y sin esfuerzo, mientras que escuchar implica concentrarse en un objetivo de manera intencional. La escucha activa se caracteriza por ser una actividad enfocada y deliberada.
Estrategias para Practicar la Escucha Activa
- Preste atención: La persona que practica la escucha activa debe enfocarse en los aspectos principales. Debe estar alerta y evitar cualquier tipo de distracción.
- Deja a un lado los prejuicios: Para escuchar de forma activa, es necesario evitar hacer juicios apresurados sobre el mensaje del orador, y en su lugar, enfocarse en el contenido del mensaje sin centrarse en la personalidad o apariencia del orador.
- Escucha las emociones: Observa detenidamente los gestos, la expresión facial y el lenguaje corporal del hablante. Un buen oyente debe intentar comprender los puntos de vista del hablante y ponerse en sus zapatos para entender sus sentimientos y emociones.
- Escucha a otros oradores: Un buen oyente se esfuerza por dar a los demás la oportunidad de compartir sus ideas y opiniones, y trata de aprender de cada uno de ellos.
- Aprovecha las oportunidades de aprendizaje: Alguien que presta atención intenta aprovechar las oportunidades que tiene, como las de aprender de los demás.
Elementos Clave de la Escucha Atenta
Para cultivar una escucha atenta y efectiva, debemos considerar tres componentes fundamentales que resumen las características previamente mencionadas:
- Escuchar con atención: El oyente debe prestar atención al discurso y a los gestos del orador para entender por completo el mensaje.
- Recordar detalles: El oyente intenta memorizar los puntos importantes del mensaje del hablante, ya sea usando su memoria o tomando notas.
- Reacción y retroalimentación: El oyente responde al hablante para confirmar que ha comprendido el mensaje y profundizar en el tema, lo cual ocurre después de analizar y recordar lo que se ha dicho.
La Importancia de Demostrar Atención
Demostrar que estamos prestando atención es clave; no se trata solo de escuchar activamente, sino de que la otra persona perciba que lo estamos haciendo. Para ello, debemos utilizar un lenguaje corporal y facial apropiado.
Comunicación Asertiva y Escucha Activa
La comunicación asertiva es muy útil para lograr una escucha activa, especialmente mediante ciertas técnicas asertivas que ayudan a mejorar el intercambio de ideas de manera respetuosa y efectiva.
Beneficios de la Escucha Activa
La escucha activa ofrece numerosos beneficios:
- Fomentar la confianza: En el entorno laboral, a veces los compañeros pueden desconfiar de nosotros o ser reacios a compartir información. Esto puede deberse a la falta de escucha activa. Aprender a escuchar atentamente puede ayudarnos a restablecer la confianza y generar relaciones de trabajo más saludables.
- Resolver conflictos: Escuchar atentamente es crucial cuando enfrentamos un conflicto, ya sea en el trabajo, la familia o la sociedad. La escucha activa nos ayuda a ver los problemas desde diferentes ángulos y a valorar los puntos de vista y sentimientos de los demás.
- Retener mejor la información y anticipar problemas: Escuchar activamente permite absorber más detalles específicos de la interacción, lo cual facilita el aprendizaje y la identificación de posibles problemas, ayudándonos a encontrar soluciones de raíz.
- Planificación estratégica y toma de decisiones: Escuchar con atención es extremadamente útil cuando se planifica una estrategia o un cambio dentro de una organización. Prestar más atención permite entender mejor la situación y analizar cómo los cambios podrían afectar a la organización, lo cual es fundamental para la innovación y el éxito organizacional.
Belén Stettler es una líder en comunicación política con una sólida formación académica y experiencia profesional. Como becaria del prestigioso programa Fulbright, participó en un programa de Política y Liderazgo Político en la Universidad de Massachusetts, donde se especializó en liderazgo y estrategias políticas. Licenciada en Ciencias de la Comunicación Social por la Universidad de Buenos Aires (UBA), con orientación en opinión pública y publicidad, Belén ha desarrollado una carrera enfocada en la comunicación estratégica. Completó una diplomatura en Comunicación Gubernamental en la Universidad Austral, destacándose en la planificación y ejecución de estrategias de comunicación para la gestión pública. Con más de una década de experiencia, ha trabajado tanto en el sector público como privado, capacitando a líderes y funcionarios en habilidades de comunicación y liderando campañas a nivel nacional, provincial y municipal.