El 65% de nuestra comunicación se basa en el lenguaje corporal, según diversas investigaciones. Esto significa que, más allá de las palabras, estamos constantemente enviando mensajes a través de nuestras miradas, expresiones faciales, gestos y posturas. Cada vez que interactuamos con los demás, estos elementos no verbales juegan un papel crucial, muchas veces sin que lo notemos. Por esta razón, es fundamental aprender a identificar aquellos gestos y posturas que pueden interferir en la comunicación, ya que, de no ser conscientes de ellos, pueden generar tensiones y malentendidos en nuestras relaciones.
Este tipo de lenguaje no verbal puede ser especialmente problemático cuando transmite, de forma involuntaria, señales de rechazo, desinterés o desconexión. Lo preocupante es que muchas veces estos mensajes no son intencionales; ocurren sin que nos demos cuenta, y, sin embargo, su impacto es muy real. Aunque la persona no sea consciente de lo que está transmitiendo, los demás sí lo perciben y responden a ello, lo que puede provocar reacciones negativas o rechazo en una conversación o interacción.
La falta de conciencia sobre nuestro propio lenguaje corporal no nos protege de sus efectos. Al contrario, estos gestos y posturas, cuando son percibidos como señales negativas, pueden bloquear la comunicación de manera significativa y dañar nuestras relaciones. Ya sea una mirada evasiva, un gesto demasiado rígido o una postura cerrada, estos elementos pueden dificultar el flujo natural de una conversación, haciendo que el mensaje verbal pierda fuerza o se malinterprete.
A continuación, exploramos siete ejemplos claros de cómo el lenguaje no verbal puede bloquear la comunicación, afectando tanto nuestra conexión con los demás como la calidad de nuestras interacciones.
- El volumen de la voz a menudo comunica más que las palabras en sí. Hay personas que hablan en un tono muy suave, como si no mereciera opinar sobre lo que dicen. De inmediato, minimizan el valor de su propia voz. Por otro lado, hay quienes hablan casi a gritos, llenando el espacio con su tono. Al hacerlo, están tratando de imponer lo que dicen a los demás, lo que dificulta la comunicación.
- La sonrisa es un factor que facilita la comunicación. Representa aceptación, amabilidad y agrado. Muestra que la otra persona está dispuesta a interactuar. Si alguien no sonríe, su expresión seria puede generar tensión en la comunicación. Por otro lado, una sonrisa falsa es un aspecto del lenguaje no verbal que impide el diálogo. Esta sonrisa parece artificial y se nota porque la persona solo sonríe con los labios, sin involucrar al resto de su rostro.
- La mirada es un componente fundamental del lenguaje corporal. Revela mucho sobre nuestra personalidad y emociones. Es el aspecto más importante de la comunicación, ya que indica, como ningún otro factor, cómo nos sentimos hacia la otra persona. Un contacto visual demasiado intenso es un aspecto del lenguaje no verbal que puede obstaculizar la comunicación. Suele transmitir una sensación de agresividad y es común en quienes no son sinceros. Al mirar fijamente a alguien, sin parpadear, se está bien desafiando o engañando.
- Existen individuos que no pueden mantener sus manos tranquilas mientras hablan. Si alguien se toca la oreja al escuchar a otra persona, eso indica que desea bloquear lo que está oyendo. Es una forma de mostrar rechazo hacia lo que dice la otra persona. Por otro lado, cuando alguien se rasca el cuello mientras habla, sugiere que no tiene confianza en lo que está diciendo. Esto refleja inseguridad y miedo a la opinión del otro, lo que también puede complicar la comunicación.
- Los brazos cruzados a menudo simbolizan una postura defensiva, funcionando como un escudo frente a los demás. Sin embargo, esto no se aplica en los casos donde la persona simplemente busca mantenerse caliente en condiciones de frío. Cuando los hombros se encogen, se transmite desconfianza, y este gesto suele ir acompañado de una espalda encorvada. La persona puede sentirse vulnerable y abrumada por lo que está ocurriendo. Este tipo de lenguaje no verbal que bloquea la comunicación revela muchas veces lo que se quiere ocultar. Más que enfocarnos en mejorar los gestos, es importante reflexionar sobre lo que pensamos al interactuar con los demás.
- Los objetos en la boca. A veces, las personas meten cosas en su boca mientras conversan. Pueden jugar con un lápiz u otro objeto. También es común que se pasen los dedos o la mano por los labios mientras hablan. Algunos incluso cubren completamente sus labios con la mano. Todos estos comportamientos indican que la comunicación no es natural. Existe una sensación de inseguridad que se manifiesta como una conducta oral. Sin darse cuenta, parece que están tratando de buscar el apoyo materno para lo que están expresando.
- Un rostro que no muestra emociones, un aspecto del lenguaje no verbal que impide la comunicación. Un rostro sin expresión, carente de movimientos o excesivamente rígido, transmite un mensaje de bloqueo. Es como si la persona que habla no estuviera realmente presente. Como si no se comprometiera en la interacción que tiene. Cuando alguien usa gestos, se percibe como más fiable. Esto es una señal de sinceridad y espontaneidad. Por el contrario, si se comporta “como una estatua”, será tratado de esa manera. Es decir, como si no estuviera realmente participando en la comunicación.
Belén Stettler es una líder en comunicación política con una sólida formación académica y experiencia profesional. Como becaria del prestigioso programa Fulbright, participó en un programa de Política y Liderazgo Político en la Universidad de Massachusetts, donde se especializó en liderazgo y estrategias políticas. Licenciada en Ciencias de la Comunicación Social por la Universidad de Buenos Aires (UBA), con orientación en opinión pública y publicidad, Belén ha desarrollado una carrera enfocada en la comunicación estratégica. Completó una diplomatura en Comunicación Gubernamental en la Universidad Austral, destacándose en la planificación y ejecución de estrategias de comunicación para la gestión pública. Con más de una década de experiencia, ha trabajado tanto en el sector público como privado, capacitando a líderes y funcionarios en habilidades de comunicación y liderando campañas a nivel nacional, provincial y municipal.