La técnica de preguntas estratégicas se basa en el hecho de que los mentirosos suelen prepararse anticipadamente para una entrevista, lo cual facilita la mentira. Los investigadores saben que los mentirosos a menudo han ensayado sus respuestas y han ideado una historia coherente que les permita salir airosos del interrogatorio. Sin embargo, si los investigadores hacen preguntas que los mentirosos no esperan, esto puede generar sospechas, ya que es probable que respondan con evasivas como “no sé” o “no recuerdo”, especialmente si las preguntas se refieren a aspectos centrales del evento que se está investigando.
Esta técnica es muy efectiva porque obliga a los mentirosos a improvisar sobre la marcha, sin poder recurrir a las respuestas que han preparado. Cuando se les hace una pregunta inesperada, los mentirosos suelen traslucir su nerviosismo y su incapacidad para dar una respuesta natural y convincente. Además, las preguntas inesperadas les impiden controlar la conversación y los obligan a revelar detalles que podrían delatarlos.
Los investigadores experimentados saben que deben tener un amplio conocimiento del caso y preparar cuidadosamente el interrogatorio, anticipando posibles respuestas e ideando preguntas que desconciertan al entrevistado. De esta manera, pueden sorprender al mentiroso y obtener información valiosa que lo delate. La técnica de preguntas estratégicas es, por lo tanto, una herramienta poderosa para desenmascarar a quienes intentan engañar a la justicia.
Pruebas de la técnica de preguntas inesperadas
Para probar la técnica de las preguntas inesperadas, se entrevistó por separado a pares de personas que mentían y a otras que hablaban sobre haber almorzado juntas en un restaurante. Mientras los que decían la verdad habían almorzado juntos, los mentirosos no, pero se les pidió que fingieran que sí. Todas las parejas tuvieron la oportunidad de prepararse para la entrevista. El entrevistador hizo preguntas comunes (como “¿Qué hiciste en el restaurante?”), seguidas de preguntas sobre detalles espaciales (como “¿Dónde estaban los otros comensales?”) y temporales (como “¿Quién terminó primero?”). También se les pidió que dibujaran la distribución del restaurante. Las preguntas espaciales y los dibujos fueron una sorpresa para los entrevistados. Con base en las respuestas a las preguntas anticipadas, no se pudo diferenciar a los mentirosos de los sinceros. Sin embargo, con base en las respuestas a las preguntas inesperadas, hasta el 80% de los pares de mentirosos y sinceros se clasificaron correctamente.
Eficacia de preguntas individuales
Hacer preguntas inesperadas puede generar señales de engaño. Cuestionar a las personas individualmente, en lugar de a parejas, también puede ser eficaz para evaluar si mienten. Un entrevistador podría repetir la misma pregunta, y los mentirosos tendrían que improvisar una respuesta en el momento, lo cual puede hacer que su memoria sobre esa respuesta creada sea menos estable que la memoria de una persona sincera sobre un evento real. Por lo tanto, los mentirosos pueden contradecirse más que los honestos. Este enfoque funciona mejor si las preguntas se plantean de diferentes maneras. Cuando se les pidió que describieran verbalmente y dibujaran el diseño de un restaurante, las respuestas verbales y los dibujos de las personas sinceras mostraron más similitud que los de los mentirosos. Los dibujos no se han utilizado antes como una herramienta para detectar mentiras, pero tienen potencial, como se ha demostrado en otros experimentos. La solicitud de un dibujo obliga al entrevistado a transmitir información espacial, a diferencia de una simple solicitud verbal.
La relación entre dibujo y verdad
Incluir un objeto en un dibujo requiere ubicarlo espacialmente, mientras que describir verbalmente un objeto no exige indicar su posición. Un mentiroso que no ha visto realmente un elemento puede describirlo verbalmente sin explicar dónde se encuentra, pero no puede hacer lo mismo al dibujarlo, ya que eso delataría su engaño. Por lo tanto, un mentiroso podría optar por no dibujar el objeto. En un experimento, las personas honestas describieron sus empleos reales, mientras que los mentirosos hablaron de trabajos ficticios. Al pedirles que describieran verbalmente sus oficinas, las respuestas de ambos grupos fueron igual de detalladas, pero al solicitarles dibujos, los mentirosos hicieron representaciones menos detalladas que los sinceros.
Estrategias diferenciales en entrevistas
El uso estratégico de la evidencia (técnica SUE) implica que los sospechosos, ya sean mentirosos o sinceros, suelen entrar en las entrevistas policiales con diferentes estados mentales. Los sospechosos culpables tienen un conocimiento único sobre el crimen, lo cual los delata si el entrevistador lo reconoce. Por lo tanto, su principal preocupación es evitar que el entrevistador obtenga esa información. En cambio, los sospechosos inocentes enfrentan el problema opuesto, ya que temen que el entrevistador no les crea sobre lo que hicieron en el momento del crimen. Estas diferentes posturas mentales conllevan estrategias distintas para mentirosos y sinceros. Los sospechosos culpables tienden a usar tácticas de evasión o negación, mientras que los inocentes no evitan ni escapan, sino que se muestran comunicativos y dicen la verdad tal como sucedió.
Implementación de la Técnica SUE
En la técnica SUE, el investigador busca identificar estrategias diferenciales utilizando de manera estratégica la evidencia disponible (como posible información incriminatoria). El objetivo de esta técnica es hacer preguntas abiertas seguidas de preguntas específicas, sin revelar la existencia de evidencias al principio. Las personas que dicen la verdad probablemente mencionen conducir el automóvil ese domingo, ya sea por iniciativa propia o cuando se les pida. Por el contrario, es poco probable que los mentirosos mencionen conducir el automóvil, ni de forma espontánea ni cuando se les solicite.
Belén Stettler es una líder en comunicación política con una sólida formación académica y experiencia profesional. Como becaria del prestigioso programa Fulbright, participó en un programa de Política y Liderazgo Político en la Universidad de Massachusetts, donde se especializó en liderazgo y estrategias políticas. Licenciada en Ciencias de la Comunicación Social por la Universidad de Buenos Aires (UBA), con orientación en opinión pública y publicidad, Belén ha desarrollado una carrera enfocada en la comunicación estratégica. Completó una diplomatura en Comunicación Gubernamental en la Universidad Austral, destacándose en la planificación y ejecución de estrategias de comunicación para la gestión pública. Con más de una década de experiencia, ha trabajado tanto en el sector público como privado, capacitando a líderes y funcionarios en habilidades de comunicación y liderando campañas a nivel nacional, provincial y municipal.