A menudo se nos pide que desarrollemos habilidades para manejar situaciones, como ser más cercanos a nuestros compañeros de trabajo o transmitir firmeza para ganar el respeto de un equipo al que dirigimos. Generalmente, las solicitudes se centran en qué decir, cómo abordar la conversación o si ciertas palabras son demasiado agresivas. Sin embargo, pocos se detienen a pensar en la posición del cuerpo, el uso de las manos, la postura o el tono de voz. Es decir, subestimamos en gran medida la importancia de los aspectos no verbales o paraverbales. Curiosamente, los datos indican que la comunicación no verbal o paraverbal representa más del 80% de la información transmitida.
Según los datos, la comunicación no verbal representa el 93% de la transmisión de mensajes, siendo solo el 7% la parte verbal. Los elementos clave son el volumen de la voz, el ritmo y los movimientos corporales. En este contexto, se brindan consejos esenciales para transmitir una sensación de calidez y proximidad a un grupo de personas, a fin de que se les perciba como accesibles y se reduzca la posibilidad de rechazo. Esto es importante cuando se busca ser vistos como compañeros, superiores o personas a las que se puede recurrir. Las pautas principales serían las siguientes:
- Sonreír mientras se mantiene el contacto visual:
Al sonreír y mantener el contacto visual, estamos estableciendo una conexión genuina con la otra persona. Una sonrisa suave puede ser un gesto poderoso que desarma tensiones y fomenta un ambiente de confianza. Este tipo de comunicación no verbal transmite calidez y accesibilidad, lo que facilita que las personas se sientan más cómodas al interactuar con nosotros. - Mira con frecuencia pero sin intimidar:
Es importante encontrar un equilibrio en la forma en que miramos a los demás. Mirar a los ojos de forma frecuente puede mostrar interés y atención, pero las miradas demasiado prolongadas o desde una posición que podría considerarse amenazante pueden resultar incómodas. Una técnica útil es alternar entre mirar a los ojos y mirar hacia otros puntos del rostro, lo que mantiene la conexión sin provocar incomodidad. - Haz que tus movimientos y expresiones faciales reflejen las emociones de la otra persona:
La empatía es clave en la comunicación efectiva. Al ajustar nuestras expresiones y movimientos a las emociones de la otra persona, mostramos que estamos sintonizados con su estado emocional. Esto puede incluir asentir con la cabeza, sonreír o fruncir el ceño según la situación. Esta adaptación no solo fortalece la conexión, sino que también facilita una comunicación más auténtica y efectiva. - Usar movimientos asimétricos:
Los movimientos asimétricos, como inclinarse ligeramente hacia adelante al escuchar o mantener una postura abierta, transmiten una actitud de disposición y cercanía. Estos gestos no solo hacen que parezcamos más accesibles, sino que también invitan a la otra persona a abrirse y compartir. Evitar posiciones rígidas o simétricas permite que nuestra comunicación sea más fluida y natural. - Adaptación del contacto físico según el contexto:
El contacto físico puede ser un poderoso conector, pero debe usarse con cuidado y respeto. Adaptar el contacto físico a la situación y a las preferencias de la otra persona es fundamental. Gestos como una palmada en la espalda o un toque en el brazo pueden ser reconfortantes, pero siempre debemos leer las señales de la otra persona para asegurarnos de que se sientan cómodos. El consentimiento es clave en cualquier interacción física. - Ajustar el tono y la entonación de acuerdo con la persona con la que hablamos, pero de manera cálida:
La variación en nuestro tono de voz y entonación puede enriquecer nuestras interacciones. Usar un tono más suave y acogedor cuando hablamos con alguien que está pasando por un momento difícil puede proporcionar consuelo, mientras que una voz más animada puede reflejar entusiasmo y alegría. Escuchar activamente y ajustar nuestro estilo de comunicación a las necesidades emocionales de la otra persona mejora la calidad de la conversación. - La coherencia entre lo que decimos y nuestro lenguaje corporal es fundamental para transmitir autenticidad:
La autenticidad en la comunicación es esencial para construir confianza. Cuando nuestras palabras están en sintonía con nuestro lenguaje corporal, enviamos un mensaje claro y convincente. Por el contrario, la incongruencia entre lo que decimos y nuestras señales no verbales puede generar desconfianza y confusión. Por lo tanto, ser conscientes de nuestra postura, gestos y expresiones faciales mientras hablamos es vital para mantener la integridad en nuestras interacciones. - No intensificar demasiado los gestos corporales:
La naturalidad en nuestra comunicación no verbal es clave para ser percibidos como auténticos. Evitar gestos exagerados o forzados ayuda a que nuestra comunicación fluya con facilidad. La práctica es fundamental para lograr un equilibrio, y ser conscientes de nuestras reacciones y gestos puede ayudar a desarrollar un estilo más natural y efectivo. La sinceridad en nuestros movimientos es lo que realmente resonará con los demás.
Belén Stettler es una líder en comunicación política con una sólida formación académica y experiencia profesional. Como becaria del prestigioso programa Fulbright, participó en un programa de Política y Liderazgo Político en la Universidad de Massachusetts, donde se especializó en liderazgo y estrategias políticas. Licenciada en Ciencias de la Comunicación Social por la Universidad de Buenos Aires (UBA), con orientación en opinión pública y publicidad, Belén ha desarrollado una carrera enfocada en la comunicación estratégica. Completó una diplomatura en Comunicación Gubernamental en la Universidad Austral, destacándose en la planificación y ejecución de estrategias de comunicación para la gestión pública. Con más de una década de experiencia, ha trabajado tanto en el sector público como privado, capacitando a líderes y funcionarios en habilidades de comunicación y liderando campañas a nivel nacional, provincial y municipal.