No hay ninguna duda que la comunicación no verbal está presente todo el tiempo en nuestras vidas diarias y tiene un impacto en cómo otros nos ven en la sociedad. No existe frase más aplicable a nuestra cotidianidad social que aquella que expresa que “una imagen vale más que mil palabras”. La forma en la que nos vestimos refleja nuestras apropiaciones del mundo y puede narrar nuestro origen, contexto sociocultural y hasta nuestra ideología o gustos personales. Resumiendo, la comunicación no verbal se refiere a todo lo que transmitimos sin usar palabras, y dentro de esta podemos encontrar a la ropa como un elemento que comunica.
Nuestra apariencia y cómo nos expresamos con el cuerpo, como gestos y posturas, son otros ejemplos de esto. De hecho, estudios han demostrado que solo el 7% de nuestra comunicación es verbal, mientras que el 38% depende del tono de voz y el 55% de nuestra imagen y expresión facial. Sin embargo, es importante señalar que estos estudios, comúnmente asociados a Albert Mehrabian, han sido cuestionados. El propio Mehrabian aclaró que estos porcentajes aplican solo en situaciones donde hay contradicciones entre el lenguaje verbal y no verbal, y no en toda la comunicación humana.
En otras palabras, el 93% de la comunicación no se basa exclusivamente en la apariencia y el tono de voz, sino que estos factores adquieren mayor relevancia cuando el mensaje hablado no coincide con lo que expresamos a través del cuerpo. Aun así, el lenguaje no verbal sigue siendo una parte crucial de cómo nos comunicamos con el mundo, ya que refuerza o contradice lo que decimos, ofreciendo un contexto emocional y visual a nuestro mensaje.a
De qué se trata la regla de los 7 segundos en la comunicación no verbal
Según psicólogos de la Universidad de Princeton, solo 7 segundos son cruciales para crear una primera buena impresión, y luego tenemos 4 minutos para consolidar esa impresión. Esto se debe a que el cerebro humano responde de manera intuitiva, con poca intervención de la racionalidad. Además, las intuiciones sobre la confiabilidad y el atractivo se forman más rápidamente que otros juicios.
Ahora que tienes esta información, es el momento de usar estos datos a tu favor cuando te presentes ante los demás. Si bien la moda tiene su propio lenguaje y puede parecer abrumador al principio.
Mantener un equilibrio entre todos los aspectos de nuestra imagen ayuda a generar confianza, tanto en nosotros mismos como en los demás. Cuando conocemos nuestra propia identidad y la expresamos de manera efectiva, el cambio se origina desde nuestro interior hacia el exterior. Debido a que la comunicación no verbal juega un papel fundamental en nuestras interacciones sociales, tiene un impacto en diversos ámbitos, incluyendo el ámbito laboral. Construir una imagen personal que se alinee con nuestros objetivos profesionales puede marcar la diferencia.
Qué debo pensar al momento de plantearme qué estoy comunicando con mi estilo personal
Para pensar en tu estilo personal y lo que quieres comunicar a través del lenguaje no verbal de la ropa, es útil hacerte algunas preguntas clave que te ayudarán a definir mejor tu imagen y su impacto. Aquí tienes algunas que podrían guiar tu reflexión:
1. ¿Qué quiero que los demás perciban de mí cuando me ven?
Esta es una pregunta fundamental. La ropa es un reflejo inmediato de quién eres o cómo te sientes en un momento determinado. Piensa en si quieres transmitir profesionalismo, creatividad, cercanía o confianza, y cómo tus elecciones de vestimenta comunican esos valores.
2. ¿Cómo me siento cuando uso ciertos colores o prendas?
Los colores y las formas de las prendas afectan tanto a quienes nos ven como a nosotros mismos. Algunas personas se sienten empoderadas con tonos oscuros o neutros, mientras que otras prefieren colores brillantes y patrones llamativos. Reconocer cómo te hace sentir la ropa es crucial para elegir un estilo que te represente.
3. ¿Qué partes de mi personalidad quiero destacar con mi estilo?
Tal vez seas una persona extrovertida y dinámica, o prefieras proyectar serenidad y calma. Pregúntate qué aspectos de ti quieres que tu ropa resalte. ¿Te sientes más auténtico/a con ropa clásica y minimalista, o prefieres piezas atrevidas y vanguardistas?
4. ¿Qué imagen quiero proyectar en diferentes contextos?
El contexto es clave en el lenguaje no verbal. Lo que llevas a una reunión de trabajo probablemente será diferente de lo que usarías en una salida informal. Considera cómo quieres adaptar tu estilo a diferentes escenarios sin perder tu esencia.
5. ¿Mi ropa refleja cómo quiero sentirme hoy?
Tu estilo personal puede ser flexible y cambiar según tu estado de ánimo o lo que necesites en un día específico. A veces, vestirse de manera cómoda o con un toque elegante puede mejorar tu confianza y bienestar.
6. ¿Qué accesorios o detalles puedo utilizar para potenciar lo que quiero comunicar?
Los accesorios como relojes, collares, o zapatos pueden reforzar el mensaje que estás enviando con tu ropa. Pregúntate si estos elementos están alineados con la imagen que quieres proyectar.
Reflexionar sobre estas preguntas te ayudará a entender cómo tu ropa y tu estilo personal hablan por ti sin necesidad de decir una palabra.
Belén Stettler es una líder en comunicación política con una sólida formación académica y experiencia profesional. Como becaria del prestigioso programa Fulbright, participó en un programa de Política y Liderazgo Político en la Universidad de Massachusetts, donde se especializó en liderazgo y estrategias políticas. Licenciada en Ciencias de la Comunicación Social por la Universidad de Buenos Aires (UBA), con orientación en opinión pública y publicidad, Belén ha desarrollado una carrera enfocada en la comunicación estratégica. Completó una diplomatura en Comunicación Gubernamental en la Universidad Austral, destacándose en la planificación y ejecución de estrategias de comunicación para la gestión pública. Con más de una década de experiencia, ha trabajado tanto en el sector público como privado, capacitando a líderes y funcionarios en habilidades de comunicación y liderando campañas a nivel nacional, provincial y municipal.