El lenguaje corporal es una parte crucial de la comunicación no verbal en la interacción humana. Las expresiones faciales, la postura corporal y los gestos pueden enviar señales poderosas a los demás, incluso sin que nos demos cuenta. Por ejemplo, una mirada de desconfianza o una postura encorvada pueden transmitir inseguridad o falta de interés, lo cual puede afectar la percepción que los demás tienen de nosotros.
Es importante ser conscientes de nuestras señales de lenguaje corporal y tratar de mejorarlas para transmitir confianza y seguridad. Esto puede ser especialmente importante en situaciones sociales o profesionales, donde la comunicación no verbal juega un papel fundamental en la forma en que somos percibidos.
Algunas estrategias para mejorar nuestro lenguaje corporal incluyen practicar una postura erguida y abierta, mantener contacto visual con los demás y sonreír de manera genuina. Estos pequeños cambios pueden tener un impacto significativo en cómo somos vistos por los demás y en la calidad de nuestras interacciones sociales.
- La apariencia de nuestro rostro en reposo y las expresiones faciales pueden ser interpretadas de diversas maneras por los demás. Algunos parecen estar siempre contentos, con sonrisas leves y ojos alegres. Mientras que otros pueden dar la impresión de estar serios o enojados, con gestos faciales que parecen fruncidos y ceños fruncidos.
Mira directamente a la cámara y sonríe levemente. Analízalo bien. Si examinas con atención tu rostro sin expresión, podrías notar aspectos de emociones simples que son alegres o tristes. A continuación, se presentan casos extremos de tales emociones para contrastar.
Si tu cara parece enojada cuando estás en reposo, intenta sonreír un poco cuando te encuentres con alguien. Las primeras impresiones cuentan mucho, así que cambia esa expresión seria por una sonrisa ligera.
- Demasiadas señales de nerviosismo. Individuos que muestran acciones típicas de nerviosismo como frotarse las manos, mover los ojos rápidamente o tocarse la cara, son juzgados de forma negativa por personas desconocidas. Algunas personas usan estas señales de manera frecuente, incluso si no se sienten nerviosas.
Para mejorar tu comunicación no verbal, comienza por observar cómo te mueves y miras a los demás. Al conocer a alguien por primera vez, procura no demostrar nerviosismo. Filmar tus interacciones puede servirte para recibir comentarios sobre tu calma y relajación, que son bien vistos en la comunicación.
- El lenguaje corporal no coincidente. Durante las conversaciones, es crucial que nuestras acciones no verbales estén alineadas con las de la otra persona para lograr una mejor conexión. También es importante tener en cuenta la coherencia en nuestro propio lenguaje corporal. Por ejemplo, una sonrisa en el rostro combinada con una postura rígida y manos tensas puede dar una impresión negativa.
Puedes conectar mejor con alguien en una conversación si te concentras en ellos, escuchas con atención y prestas atención a su lenguaje corporal para estar en sintonía con ellos. Esta sincronización suele ocurrir de manera espontánea cuando estás realmente comprometido con lo que la otra persona está diciendo.
- Mantén el control en todo momento. Evita actitudes rígidas y mecánicas, ya que pueden dar una mala imagen. Es mejor mostrar un lenguaje corporal expresivo y natural para causar una buena impresión. Sin embargo, evita ser demasiado exagerado o agitado, ya que también puede ser desalentador.
La clave está en controlar el lenguaje corporal de manera suave y equilibrada. En primer lugar, es crucial ser consciente de cómo nos comunicamos a través de nuestros gestos y posturas. Esto se puede lograr solicitando retroalimentación a través de videos o personas cercanas. Luego, es importante practicar para mejorar nuestra presentación de manera positiva.
Desarrollar un lenguaje corporal más positivo es un proceso que requiere de una serie de pasos y prácticas constantes. En primer lugar, es importante tomar conciencia de cómo nos comunicamos a través de nuestros gestos, posturas y expresiones faciales. Muchas veces, no somos conscientes de la imagen que estamos proyectando hacia los demás y es fundamental empezar por observar y analizar nuestro propio lenguaje corporal.
Una vez que hemos identificado aquellas áreas en las que podemos mejorar, es necesario trabajar en cambiar esos hábitos negativos y adoptar nuevas actitudes más positivas. Esto puede implicar desde hacer ejercicios de relajación para controlar la ansiedad hasta practicar la sonrisa frente al espejo para sentirnos más cómodos al mostrar una expresión alegre.
Además, es importante recordar que el lenguaje corporal va de la mano con la comunicación verbal, por lo que es fundamental tener en cuenta la congruencia entre lo que decimos y cómo lo decimos. Una postura segura y abierta puede reforzar nuestro discurso, mientras que gestos nerviosos o evasivos pueden restar credibilidad a nuestras palabras.
En resumen, mejorar el lenguaje corporal requiere de un proceso de autoevaluación, práctica y dedicación constante. Sin embargo, los beneficios de causar una impresión más positiva en los demás y comunicar de manera efectiva valen la pena el esfuerzo invertido.
Belén Stettler es una líder en comunicación política con una sólida formación académica y experiencia profesional. Como becaria del prestigioso programa Fulbright, participó en un programa de Política y Liderazgo Político en la Universidad de Massachusetts, donde se especializó en liderazgo y estrategias políticas. Licenciada en Ciencias de la Comunicación Social por la Universidad de Buenos Aires (UBA), con orientación en opinión pública y publicidad, Belén ha desarrollado una carrera enfocada en la comunicación estratégica. Completó una diplomatura en Comunicación Gubernamental en la Universidad Austral, destacándose en la planificación y ejecución de estrategias de comunicación para la gestión pública. Con más de una década de experiencia, ha trabajado tanto en el sector público como privado, capacitando a líderes y funcionarios en habilidades de comunicación y liderando campañas a nivel nacional, provincial y municipal.